domingo, 17 de abril de 2011

¡Se va mi Virgen Guapa!

Cual madrugadora mañana, acompañada de luz de un nuevo día, partiste hacia tu casa, rebosante de juventud que no le importo la hora, pero no se hizo fiesta, tampoco te echaban de menos, tampoco te esperaban... solamente aquellos que llevados de ilusión te llevan en el corazón cada día te devolvieron a tu seno, testigos de Misericordia, que son capaces de hacerte sonreír, a pesar de tus lágrimas y acompañarte verán brillar tu cara, en los albores del Viernes Santo, cuando de nuevo dejes tu casa, para cruzar por los Remedios, pues aquella fue tu casa y bendecirás a un barrio y si le ponemos nombre: te acordaras de Juana, que te despidió muy temprano, casi de mañana, con lágrimas en los ojos: ¡Se vá mi Virgen Guapa!




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