Tarde de Pasionaria de Santiago, hoy recorrerían nuestras calles la Santa Cena, la Virgen del Dulce Nombre, el Ecce Homo (Pilatos), el Cristo de la Caridad y la Dolorosa de Santiago, a los que hemos podido venerar esta mañana en su parroquia de Santiago.
Tarde de barrio perchelero, de estudiantes, de tambores pilateros, de lanzada de Longinos y de mantillas percheleras! Tarde de tradición y de sentir de un barrio que embargarían toda nuestra ciudad.
Mandamos un fraternal abrazo y nos unimos en oración a la Hermandad Sacramental de la Santa Cena y Dulce Nombre, a la Hermandad Del Ecce Homo Pilato, a la Hermandad del Santísimo Cristo de la Caridad y a la Hdad Ntra Sra de los Dolores.
Oh Dios, Padre Eterno,
en el nombre de Jesucristo, tu Hijo,
te pedimos que bendigas y santifiques este pan
para las almas de todos los que participen de él,
para que lo coman en memoria del cuerpo de tu Hijo,
y testifiquen ante ti, oh Dios, Padre Eterno,
que están dispuestos a tomar sobre sí el nombre de tu Hijo,
y a recordarle siempre,
y a guardar sus mandamientos que él les ha dado,
para que siempre puedan tener su Espíritu consigo.
Amén.
¡Qué bello y dulce es tu nombre, María! ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! ¡Bajo tu amparo me acojo, Santa Madre de Dios; no deseches las oraciones que te dirijo en mis necesidades, antes bien líbrame de todo peligro, oh Virgen dulce, gloriosa y bendita!
Ecce Homo
eres verdaderamente
el Hombre de Dolores
predicho por los Profetas
que vino para salvar al mundo
al derramar
tu Preciosísima Sangre.
Jesús, Te amamos
por los que no Te aman
y Te adoramos
por los que rehúsan de adorarte.
En el nombre de tu dolorosa
Pasión y en el del sufrimiento
de tu Santísima Madre,
Te suplicamos de otorgarnos
las gracias que necesitamos
en este día. Amén.
Por el amor infinito
que nos mostraste en la cruz,
perdonando a tus enemigos,
y dándonos a tu madre
como madre nuestra,
te pedimos perdón por nuestros pecados,
que nos ilumines con tu luz,
nos ayudes con tu gracia,
y nos fortalezcas con tu Espíritu,
para que aprendamos a amarte a ti
como tú nos amas
y amar al prójimo como tú nos mandaste que nos amemos,
como nos amaste tú
que diste la vida por nosotros.
Te lo pedimos a ti,
Cristo de la Caridad
que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Oh Madre Dolorosa!
Por tus lágrimas,
por la Corona de Espinas,
por los clavos que llevas
en tus manos,
por las espadas de dolor,
con que nuestros pecados
traspasaron tu corazón,
vuelve a nosotros
esos tus ojos misericordiosos
y alcánzanos de
tu Hijo Santísimo
dolor intenso de
nuestras culpas
y vivos sentimientos de
fe, esperanza y caridad.
¡Oh Madre Dolorosa!
Protege a la Santa Iglesia
protege a nuestra Patria
ampara a la juventud,
defiende a la niñez.
Amén.
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