Sábado Santo, día de luto y solemnidad.
En el Calvario solo queda la cruz vacía con el sudario que acompaña la Amargura de una Madre que entre una multitud y el apoyo de San Juan no encuentra consuelo….
Y tras esta escena mientras el Señor reposa en el Sepulcro, la Soledad se hace presente en María que camina sola entre marchas fúnebres bajo un palio de cajón que sostiene ese dolor y nos recuerda todo lo acontecido en estos días.
Hoy mandamos un fraternal abrazo y nos unimos en oración con la Hermandad de la Soledad.
A vuestros pies acudo, Virgen de la Amargura, para que me
instruyáis,
consoléis y protejáis.
Todo lo sois para este infeliz pecador: luz, consuelo, amparo, fuerza,
esperanza y segura protección.
Enseñadme con el ejemplo de vuestra vida; fortalecedme con la divina gracia
que benévolamente me alcanzaréis de vuestro Hijo Jesús. Consoladme y acariciadme con las infinitas dulzuras de vuestro culto y amor. Amén
Madre de la Soledad, a ti acudimos en este día, necesitados
de tu presencia constante en nuestras vidas para que nos protejas, nos guíes y
nos consueles. Contigo nuestras fatigas y debilidades son fortalezas y nuestras
derrotas, victorias. Ayúdanos, ¡Oh Virgen María! en tu Soledad, ayúdanos a
acompañarte en tus dolores, imitar tus virtudes y vivir siempre cercano a Ti,
sabiéndonos que somos tus hijos muy queridos. AMÉN.
En el Calvario solo queda la cruz vacía con el sudario que acompaña la Amargura de una Madre que entre una multitud y el apoyo de San Juan no encuentra consuelo….
Y tras esta escena mientras el Señor reposa en el Sepulcro, la Soledad se hace presente en María que camina sola entre marchas fúnebres bajo un palio de cajón que sostiene ese dolor y nos recuerda todo lo acontecido en estos días.
Hoy mandamos un fraternal abrazo y nos unimos en oración con la Hermandad de la Soledad.
consoléis y protejáis.
Todo lo sois para este infeliz pecador: luz, consuelo, amparo, fuerza,
esperanza y segura protección.
Enseñadme con el ejemplo de vuestra vida; fortalecedme con la divina gracia
que benévolamente me alcanzaréis de vuestro Hijo Jesús. Consoladme y acariciadme con las infinitas dulzuras de vuestro culto y amor. Amén
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